Las ventajas que obtenemos al vivir en una capital

Desde pequeña siempre he oído en casa que donde mejor se vive es sin duda en el pueblo, me he criado en un pueblo pequeño en el que la tranquilidad siempre ha sido nuestra mejor consejera, donde hemos podido dormir incluso con las puertas abiertas sin miedo a que nadie nos entrase a robar, es lo bueno de sitios en los que todos nos conocemos. La verdad que eso de pequeña te gusta no conoces otra cosa y te acostumbras a vivir así, lo que pasa que cuando llega el tiempo en el que debes emprender el vuelo y empezar a vivir tu propia vida, te das cuenta que hay mucho más allá de aquellas cuatro paredes en las que vivías, que las opciones se multiplican y que desde luego no está tan mal como lo pintan. Llegué a Madrid como cualquier chica de mi edad a estudiar a buscar mi futuro, llegué con un coche viejo que mi padre me dio con el que no tenía muy claro si iba a poder llegar a mi destino, no es que le sonaran todos las tuercas y tornillos si no que el pobre ya pedía a gritos que lo jubilasen de una vez que era hora de descansar.

Mi padre se negaba a ello y pensó que era mejor que eme lo llevara yo, desde luego iba a ser el mejor momento para deshacerme de él, haciéndole ver a mi padre que en las capitales este tipo de coches ya no se llevan. Pronto empecé con mis estudios el coche lo debía dejar en el mismo sitio donde lo estacioné cuando llegué porque ya no me fiaba de arrancarlo más, debía buscar una solución inmediata que me lo quitara pronto del medio. La verdad si algo he aprendido viviendo aquí es que nada es imposible en un sitio como este, me hablaron de los desguaces y de cómo los recogían y te deshacías de cualquier coche al momento, me hablaron del siguiente sitio web y no tardé en echar un vistazo. Yo solo quería saber la manera de dar de baja a un coche en madrid y enseguida di con ella, aunque a mi padre no le gustó mucho la idea ya no había vuelta atrás y pronto cuando empecé a ganar dinero puede hacerme de un coche en condiciones al que por lo menos no le sonaban todos los huesos.