Comprar un motor para el coche

Vaya fatalidad y justo ahora, el motor del coche ha decidido suicidarse y nada has podido hacer para evitarlo. Tú que siempre estas cuidando del coche, tú que siempre lo llevas limpio de más, con el depósito lleno y con las revisiones pasadas en sus fechas. No te puedes creer que te lo pague así, además en estas fechas que todos tenemos muchos más gastos y no es el momento adecuado para un sobregasto como el de un motor nuevo para el coche.

Por suerte sabes que puedes confiar en los motores de desguace y ahorrarte así uso cuantos euros que te van a venir muy bien estas Navidades.
La verdad es que el coche ya te venia avisando desde hace unos meses, que algo no funcionaba, algo iba mal, pero como no eres mecánico no has sabido diferenciar lo que es un ruido de una avería de un ruidito pasajero. Ojala y lo hubieras sabido antes, no lo hubieras permitido, además con el motor también se ha ido el embrague así que la broma es más pesada si cabe.

Ahora no te queda más remedio que dejarlo en el taller para que lo arreglen, has comprado el motor de segunda mano, te aseguran que es una de las mejores compras que vas a hacer nunca ya que cambiándole el motor al coche le vas a dar una vida nueva, vas a conseguir que todos los achaques y problemas que tenía antes desaparezcan y vuelva a funcionar tan bien o mejor que antes. No hay mal que por bien no venga y esta es una muy buena decisión.

El problema es que te dejan sin coche unos días y tú tienes que seguir con tu vida, ir al trabajo, salir, entrar, quedar con los amigos… y aunque tienes una moto que perfectamente podrías sacar estos días, te pude más la pereza de pasar frio que la utilidad que le vas a sacar a la moto. Así que tendrás que pedir favores, hacer unas cuantas llamadas y concretar con los amigos que pasen a recogerte cuando vayáis a salir, el autobús también es una buena opción cuando las alternativas son o esa o la moto. Por nada del mundo quieres pasar frio, acostumbrado a la comodidad del coche y al climatizador bizona va a ser muy duro estar sin coche unos cuantos días.